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No basta avanzar en cobertura e invertir en infraestructura también es primordial controlar y brindar agua de calidad principalmente en sectores desfavorecidos para mejorar la salud pública y el medio ambiente.

Los servicios básicos son un derecho fundamental que el Estado debe garantizar a todos los peruanos. Éramos considerados un país de renta media antes de la pandemia, pero ésta evidenció nuestras carencias en el acceso a derechos básicos, como salud, educación, agua y energía eléctrica, entre otras. Si bien, la promesa de los gobernantes a nivel local, regional y nacional es el acceso al agua potable, a la fecha la situación real de nuestro sistema es preocupante: todavía hay 2 991 520 (9.2%)[1]que viven sin este servicio, y mucho menos con desagüe.

Al año 2020, el 90.8% de la población consumió agua proveniente de red pública. En el área urbana este porcentaje alcanzó el 94.8% y en el área rural el 76.3%[2]. No obstante, los esfuerzos en el avance en la cobertura del servicio de agua potable a nivel nacional, así como la reducción de las brechas entre áreas rurales y urbanas, éstos muestran un avance lento en la última década, hacia el logro de la cobertura en todos los hogares. Así mismo, la calidad del agua y el servicio de abastecimiento[3] aun experimentan carencias. En Lima Metropolitana y Callao, por ejemplo, el suministro no es continuo en parte de los distritos[4]. En el área rural, pese a que la brecha de cobertura se ha reducido a alrededor de 20%, solo el 3% de la población consumió agua con nivel de cloro adecuado antes de la pandemia, lo que indica una carencia de agua segura en el ámbito rural, la falta de infraestructura, así como una limitada gestión y mantenimiento de las entidades administradoras[5] . El INEI señala que, en Lima Metropolitana, 7 de cada 10 individuos consumía agua con nivel de cloro adecuado[6].

Al 2020, 2,991,520 millones personas se encuentran sin conexión de agua potable. Ellos acceden al agua de fuentes no seguras como camión cisterna, pozo, río, acequia, manantial u otras, arriesgando la salud.  En cuanto al servicio de alcantarillado, la cobertura es menor, el 26 % de la población no cuenta con este servicio[7].

La falta de servicio de agua potable en los hogares del país se produce en los sectores más pobres de la población. Siendo las áreas rurales o periferia urbana donde no sólo se enfrenta mayor escasez del recurso, sino que dicha carencia los convierte en grupos más vulnerables en términos de salud, (higiene, propagación de enfermedades, EDAs[8], desnutrición e incluso mortandad en niños), bienestar y desarrollo social. Además, dicha falta afecta la economía de los hogares, adquiriendo agua más cara (cisternas, agua embotellada) y de calidad no controlada (contaminación). Todos ellos son problemas que deberían atenderse con una gestión adecuada del agua, infraestructura y tecnología que permitan la mejor distribución, uso y calidad del agua. Lograr ello, es primordial para el alivio de la pobreza.

Efectivamente, en la última década se ha producido un manifiesto incremento en la cobertura de agua, pero ello no ha garantizado agua de calidad para todas las regiones, toda vez que el servicio de alcantarillado se mide también en calidad, continuidad, presión, agua no facturada, entre otros indicadores.


[1]  Informe técnico “Perú: Formas de Acceso al Agua y Saneamiento Básico”, elaborado con los resultados de la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales (ENAPRES) y Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO)

[2] Dentro de la vivienda, fuera de la vivienda, pero dentro del edificio y pilón o pileta de uso público

[3] calidad del agua para consumo humano en función a parámetros establecidos como presencia de aguas residuales, minerales, residuos sólidos, coliformes, etc; así como características del servicio de abastecimiento: continuidad (todos los días, por horas), presión; y capacidad de gestión de las entidades u organizaciones abastecedoras de agua.

[4] Instituto Peruano de Economía IPE 2023

[5] Agua con calidad para la población rural 2017 – 2019. MIDIS. FONCODES

[6] INEI 2019 en Evidencia para una Nueva Gestión Pública 2020-Nº4. Escuela de Gestión Pública Universidad del Pacífico (2021).

[7] Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS). Foro internacional “Agua y saneamiento: oportunidad, desarrollo y calidad de vida”

[8] Enfermedades diarreicas agudas